domingo, 10 de agosto de 2008

LA PROSTITUCIÓN UN ENFOQUE ECONÓMICO LABORAL

LA PROSTITUCIÓN: UN ENFOQUE ECONÓMICO / LABORAL

Por: Julio E. Haro Carranza

Marco Referencial

En la agenda del Congreso de la República, se encuentra pendiente de aprobación la adhesión al “Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena”, esto ha dado lugar que nuevamente se reflexione sobre lo que en el mundo se conoce como el oficio más antiguo de la humanidad y que asola a todas las sociedades del mundo globalizado. Coadyuva a las expectativas del reestudio de este fenómeno, la novísima obra publicada por la OIT “The Sex Sector. The economic and social bases of prostitution in Southeast Asia” (El Sector del Sexo. Las bases económicas y sociales de la prostitución en el Sudeste Asiático). Así como también la investigación que sobre turismo y prostitución en el Caribe, realizó la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de México (FLACSO), en la década del 90.

Dichos documentos nos señalan que la prostitución en todos los países, en especial en las economías en crisis, se incrementa día a día, y se viene observando una transición de lo que sería una versión informal hacia lo que podría considerarse un sector económico que produce ingresos importantes para el Estado y que generan puestos de trabajo, directa e indirectamente. Es por ello, que los países estarían dando las normas necesarias para poder convivir con ella, legalizando sus acciones y amparando los derechos laborales-fundamentales, si acaso les correspondiera a las descendientes de las antiguas hetairas del mundo Helénico.

Evolución Histórica

El origen de este fenómeno social, es tan antiguo como antiguo es el origen de la civilización. Es difícil determinar cual ha sido la causa de su existencia. Se considera el inicio de la prostitución como un rito religioso en los templos antiguos, donde la virginidad se ofrendaba a las divinidades más importantes. En Babilonia, las mujeres tenían que concurrir en determinadas épocas al Templo de Ishtar, para entregarse al primer extranjero que las eligiese, ofrendando su virginidad. El acto sexual vinculaba a la divinidad con el pueblo y era considerado como un beneficio.

En Egipto, la prostitución existió desde las épocas más remotas, pero al cabo de poco tiempo perdió su carácter religioso. Al romperse este vínculo, la prostitución continuó practicándose en forma independiente y alcanzó contornos extraordinarios por su corrupción y su influencia nefasta en las costumbres, públicas y privadas. En Grecia hubo prostitución religiosa, desde que se fundaron los templos. En Corinto, era usual adscribir al templo de Afrodita mujeres que ejercían como meretrices y que entregaban a los sacerdotes lo que recaudaban.

Solón, trató de preservar el orden y la moral de Atenas reglamentando la prostitución. Creó casas especiales a las que llamó Dicterión que quedaban confinadas a ciertos barrios y que eran monopolio del Estado, quienes las administraban y percibían impuestos especiales por su rendimiento. Estas dicteriones fueron los antecedentes históricos de los lenocinios romanos de las mancebías españolas y de los prostíbulos de nuestra época.

En la Edad Media, el paganismo había tolerado a la prostituta como un mal menor y necesario. La Iglesia Católica la atacó sin concesiones. Su éxito no fue completo, ya que la prostitución continuó su camino en la clandestinidad y sobrevivió pese a tener que franquear barreras éticas y morales. En 1254, Luis IX decretó el destierro de todas las prostitutas de Francia, pero cuando comenzó a practicarse el edicto, se comprobó que la promiscuidad clandestina, con la reaparición de numerosas enfermedades venéreas, reemplazaban al anterior tráfico abierto, la norma fue revocada dos años después.

Con el paso a la Edad Moderna, la prostitución reglamentada se impuso en esta época en casi toda Europa, y fue considerada como una necesidad desagradable, a la que era esencial normar y de la que era conveniente sacar beneficios pecuniarios para el Estado (tributos). Con la aparición de la electrónica y la informática, hoy en un mundo globalizado, los servicios de la prostitución y pornografía se comercializan a través de las páginas web y son destacables los “circuitos turísticos de placer carnal” que se “disfrutan” en el Sudeste Asiático, en Europa y en el Caribe.

El Convenio de las Naciones Unidas de 1949

Este instrumento contiene una serie de estipulaciones en la que los países suscriptores, se comprometen a castigar a toda persona, que para satisfacer las pasiones de otra, concertase o indujera a la prostitución a otra, persona con un fin lucrativo, con o sin el consentimiento de ella.

Si bien los especialistas de los organismos del Estado, coinciden en su aprobación en la gran mayoría de su texto –en razón a que coincide con nuestro Código Penal que sanciona el Rufianismo y el Proxenetismo–, han sido motivo de observación algunos artículos del mismo, en especial el Art. 2º y el Art. 6º que se refieren a la sanción que se daría a los propietarios de los inmuebles que se utilice para éste fin, así como también a las medidas que deberán tomar los gobiernos para anular, derogar o abolir, cualquier tipo de normas legales y administrativas, dedicadas al registro de las personas que se dedican a este oficio.

Estas observaciones tienen su sustento, en que nuestro ordenamiento jurídico, no prohibe la existencia de prostíbulos, ya que esto implicaría la propagación de la prostitución clandestina, con los efectos negativos para la sociedad y para la salud. Podemos mencionar el Acuerdo Nº 35 que aprueba el Reglamento de Licencias Especiales de la Municipalidad del año 1985, en el que se reconocen las casas de cita como establecimientos en donde se alquilan departamentos por horas a parejas constituidas por hombre y mujer mayores de edad, y a los prostíbulos como establecimientos donde se ejerce la prostitución. Esta observación también tiene como fundamento las leyes que norman sobre libertad de contratación y respeto a la propiedad privada.

Con relación a la observación sobre la anulación de los registros de las personas dedicadas a este oficio, este planteamiento queda en una situación de obsolescencia, ya que dicho anotación es de rigurosa necesidad, a efectos de evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual como es el virus del HIV y demás enfermedades infecto contagiosas. El instrumento internacional en mención fue propuesto mucho antes que apareciera el llamado mal del siglo (SIDA) con todos sus estragos.

La OIT y la Prostitución

La responsable del estudio de la prostitución en el Sudeste Asiático – Lin Lim, después de realizar su profundización en los países de Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia, manifiesta que resulta imposible calcular el número de prostitutas que trabajan en estos países y el sector del sexo supone entre el 2 y el 14 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y los ingresos que genera son de máxima importancia para el sustento y los potenciales recursos de millones de trabajadores, además de las propias prostitutas. También las Autoridades Gubernamentales obtienen importantes sumas de dinero a través de los tributos directos e indirectos.

La OIT pone mayor preocupación al fenómeno conocido como prostitución infantil y que ha sido materia de debate en su 86º Conferencia, realizada en Junio de 1998. Con relación al meretricio de mujeres adultas, considera que es necesario respetar su libre elección. Sin embargo, se reafirman categóricamente en que no es competencia de la OIT recomendar a los países, la legalización o no de este oficio. Sugiere el reconocimiento de este oficio y el registro de las personas que se dedican a ésta actividad –en contrario a lo que sugiere el Convenio de la OEA de 1949–, a efectos de evitar la problemática sanitaria, así como también para calcular la magnitud de las políticas económicas necesarias y laborales para las personas que trabajan en el sector.

De lo antes mencionado, se puede sacar como conclusión que los Estados deberían preocuparse de evitar la sobre-explotación de éstas mujeres y tratar en lo posible, mejorar sus condiciones de trabajo y de protección social, garantizándole los derechos laborales, que como trabajadoras independientes le corresponderían.

Aspectos Laborales de esta Ocupación

Creemos que sería improbable que esta se ejerza en calidad de dependencia y subordinación a un empleador, ya que éste podría ser considerado incurso en la figura penal del rufianismo o proxenetismo. En casi todos los países, incluyendo el nuestro, la tipología de esta ocupación es el de “cuenta propia”, trabajadora independiente o en situación de auto gestión, que bien pudieran tener la posibilidad de organizarse en cooperativas o gremios, que anulen la acción de intermediarios. La legislación establece servicios importantes para este tipo de trabajo independiente, desde seguridad social facultativa, sistemas previsionales públicos o privados, hasta la posibilidad de asociarse en gremios sindicales, según lo establece el Convenio 87 de la OIT. Un ejemplo de ello es la Unión de Trabajadoras Sexuales de Venezuela, que recientemente han planteado a la autoridad, se le reconozca como una organización laboral.

El Caso Peruano

En nuestra patria esta actividad se encuentra autorizada para su ejercicio y funcionamiento, a través del D.S. Nº 009-82-IN del 31 de marzo de 1982. En él, se aprueba el Reglamento de las Licencias Especiales, en la que se permite el funcionamiento de los prostíbulos y la obligación que las meretrices cuenten con el respectivo carnet sanitario.

Existen pocas estadísticas de estos establecimientos y del número de prostitutas en Lima Metropolitana, a pesar que el INEI, considera a esta actividad dentro del Código de Ocupaciones de la Clasificación Internacional (CIUO-98), elaborado en base a documentos de la OIT. Este tipo de ocupación se encuentra dentro del Sub Grupo 945 de título “Personal de Servicios No Clasificados bajo otros Epígrafes” y el ítem 23 “Meretrices, Prostitutas, Copetineras”. Lo que sí podemos afirmar, es que esta ocupación es de gran magnitud en Lima Metropolitana, y en los tiempos actuales de recesión y la grave carencia de empleos adecuados se convierte en un medio de supervivencia. Su actividad les produce un ingreso familiar importante y genera una nada despreciable cantidad de puestos de trabajo, formales como informales.

Una investigación en el campo, podría demostrarnos empíricamente y en términos cuantitativos, lo enunciado líneas arriba y dichas cifras constituirán una herramienta indispensable para las futuras políticas, económicas y laborales que se puedan tomar en ese aspecto, teniendo en cuenta que las mujeres que se dedican a ello trabajan en condiciones de explotación, y dependencia de rufianes y proxenetas. Creemos que, si la mujer libremente opta por esta ocupación para su subsistencia, se deberían estudiar los medios para que éste sea un verdadero trabajo independiente, como cualquier otro, porque además de generar ingreso económico para el Estado y producir ocupaciones indirectas, sigue y seguirá siendo, un cada vez menos creíble mal necesario para la sociedad.



Abogado Laboralista
Magister en Administración del Trabajo y RR.II

Publicado en el Diario El Peruano el 1 de Octubre de 1998

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